Nuestros antepasados del Paleolítico eran cazadores que solían pintar en las cuevas a los animales que apresaban. Sus vidas dependían de los animales cuyas imágenes pintaban en las cuevas y fueron capaces de describirlos con gran naturalismo y exactitud. Posiblemente, estos cazadores tenían la creencia de que al representar el poderío y la fuerza de los animales, éstos la perderían a la hora de ser cazados por algún tipo de magia. Los animales suelen estar representados con gran exactitud, mientras que las humanas que se pintaban eran más simples o simbólicas.
La pintura rupestre es arte a lo grande, arte maravilloso que se manifiesta en obras de una fuerza y sutileza que nunca han sido superadas y como tal debe de ser admirado.
1 comentarios:
Por supuesto. Debemos conservarlas y que nuestros hijos puedan verlas
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